Seleccin espaola: Rubiales visita Ibrox, el ltimo estadio en el que jug como profesional: «Ese da hasta tir caos»

El 29 de agosto de 2009, el Glasgow Rangers gan en Ibrox al Hamilton en la tercera jornada de la Scottish Premiership. A pesar de perder 4-1, un defensa fue elegido como el mejor jugador visitante. «Luis, tienes que pasar por sala de prensa». Ese Luis al que se dirigi el responsable de prensa del modesto The Accies es hoy el presidente de la Real Federacin Espaola de Ftbol.

«Si no me hubieran elegido el mejor de mi equipo no se hubiera sabido que era mi ltimo partido. Estaba decidido y lo anunci en la sala de prensa», recuerda Luis Rubiales con MARCA sobre el csped de Ibrox, en el que cerr su larga etapa como jugador.

El chillido de las gaviotas sobre el estadio del lado protestante de Glasgow lleva a Rubiales a viajar en el tiempo. «Recuerdo eso de los entrenamientos, como la lluvia, que borraba las lnea del campo», recuerda Rubiales.

Qu se le haba perdido a Rubiales despus de tantos aos por los campos de Espaa? «Paz, es lo que buscaba. Paz y tranquilidad. Vena de dos aos muy difciles. Leyes concursales, reivindicaciones permanentes por nuestros salarios… Prcticamente no haba un da en el que no hubiera un problema, en el que no llegara un jugador al que le haban embargado una casa o que le haban quitado el coche. Quera calma en los ltimos aos de mi carrera. Me atraa el Reino Unido, por su cultura, su ftbol, para mejorar mi ingls y que mis hijas fueran bilinges».

Buscaba paz y tranquilidad. Vena de dos aos muy difciles. Leyes concursales, reivindicaciones permanentes por nuestros salarios

La aventura dur unas pocas semanas de verano, en las que el sol luca en los cielos escoceses, pero en los que era raro que la lluvia no apareciera. Desde Espaa llegaban cantos de cambios en la AFE y muchas llamadas para que Rubiales se colocara al frente del movimiento.

Su 32 cumpleaos

Luis Rubiales lo haba decidido: colgaba las botas y se volva a Espaa. El partido ante el Rangers del 29 de agosto sera el ltimo. Esa semana, sus padres y su mujer viajaron a Hamilton, a apenas 10 millas de Glasgow para celebrar su 32 cumpleaos. En esos das les comunic lo que iba a hacer. «No fue fcil. Recuerdo todo lo que habl con ellos, sobre todo con mi padre», rememora.

As lleg el 29 de agosto, el ltimo da de corto para Luis Rubiales. Ayer se sent en el mismo vestuario en el que se calz las botas por ltima vez, pas por la sala de prensa en la que anunci que nunca ms iba a jugar como profesional y pis el csped de Ibrox Park, la casa del Rangers, para recrear su ltima batalla. Porque el partido tuvo picante a pesar del 4-1, y buena parte lo puso Luis Rubiales.

«Yo saba que era mi ltimo partido. Siempre he sido un jugador disciplinado, aguerrido, de pelea. Pero ese da, que era la despedida, hasta tir caos. En una jugada le lanc uno a David Weir -seala la zona del verde de la jugada-, que era el capitn del Rangers y tambin de la seleccin escocesa. No se lo tom muy bien y respondi con una entrada muy dura. Se mont lo».

Siempre he sido un jugador disciplinado, aguerrido, de pelea. Pero ese da, que era la despedida, hasta tir caos

A pesar de que el acento escocs fue todo un desafo para Rubiales, lo que cant la grada de Ibrox no se le escap. Con una sonrisa, el presidente de la Federacin rememora ese momento. «Toda la grada se puso a cantar Calvete, cabrn, mira el marcador. Tena gracia. Yo nunca haba tenido problemas con la aficin rival, pero entramos en un desafo sin palabras que fue divertido. La verdad es que me lo pas muy bien».

Madera, linimento…

Luis Rubiales pasea por los rincones de Ibrox y le asaltan los recuerdos. «En esa sala al lado del vestuario recuerdo el olor a linimento que sala», explica. Del partido ante el 55 veces campen de la Liga escocesa y 34 de la Copa, el recuerdo de Rubiales es mucho ms profundo que el pique con Weir o la furia de unos seguidores que acabado el choque no enterraron el hacha de guerra con el jugador espaol, el 3 del Hamilton. «Ese fue el nmero que me dieron. Aqu se respeta mucho la tradicin, as que como era lateral izquierdo me dieron ese nmero».

Desde el corazn del estadio protestante, Rubiales echa la mirada al momento en el que entr en la caseta. «Lo primero que me llam la atencin fue un vestuario que est forrado en madera.Todo lo que ves respira ftbol, los muchsimos aos y partidos que se han jugado aqu. Y eso te genera un respeto. Respeto hacia el club, hacia la ciudad, hacia el ftbol. Salir a calentar y que ya haya 50.000 personas llenando el campo impacta», comenta mientras el empleado del Rangers que va abriendo puertas y accesos de Ibrox bromea con Rubiales.

Todo lo que ves en Ibrox respira ftbol

Deca adis al ftbol. Su decisin era irrevocable. Pero haba otra parte, la del equipo que le haba firmado. «Le estar siempre agradecido. Incluso me ofrecieron la posibilidad de trabajar para ellos durante un perodo. ‘Oye, por qu no eres el ojeador nuestro en Espaa y seguimos haciendo un contrato contigo para dos, tres o cuatro aos’, me propusieron. Es un equipo pequeo, modesto, pero como una familia. Lo que pasa es que mi cabeza ya estaba en otras cosas. De verdad que fueron das complicados. No es fcil dejar el ftbol. Escuchaba a mi familia. Mi padre es como yo, insistente si creemos que podemos ayudar a tomar una decisin. Pero, a pesar de todo, lo tena claro y meditado».

Destino a los despachos

A miles de kilmetros de Espaa y despus de disputar slo cuatro partidos en los campos escoceses -tres de Liga y uno de Copa-, Luis Rubiales decidi dejar la calma que haba encontrado atrs y regresar a la batalla de los futbolistas que peor lo pasaban. «Llegar aqu fue como un remanso de paz. Aqu no haba problemas econmicos, un club ms humilde, otra economa… Podas pensar slo en los entrenamientos. Ese efecto de calma, esa paz, me permiti reflexionar de una manera que hasta entonces no haba podido, porque en Espaa hasta las vacaciones iban de la mano de problemas y los».

Esa tranquilidad para poder ver las cosas con otro prisma le llevaron a cambiar de camino. «Pude poner el foco en todo lo que me haba sucedido en esos dos ltimos aos de mi carrera. Cuando se cre la plataforma, que lider en un principio Xavi Oliva, que despus estuvo conmigo, me llamaron muchos jugadores. Me decan que tena que ir adelante. As que me dije, vamos a ir», seala Luis Rubiales.

De todo aquello han pasado ya ms de 14 aos. Luis Rubiales visit ayer el campo en el que dio sus ltimas patadas al baln como profesional. Los ojos se le iluminan recordando ese partido, en el que el nico gol que marc el Hamilton Academical, obra de Mark McLaughlin, lleg en un cabezazo a pase de Rubiales. Recuerda a los hermanos Paixao, dos portugueses del equipo, de los campos de entrenamientos rodeados de un verde infinito…

Fue poco tiempo, pero Rubiales guarda un gran recuerdo de Escocia: «Es un pas en el que el ftbol es una cultura, una pasin. Una manera de vivir».